#ElPerúQueQueremos

la ausencia de tecnología básica para la vida cotidiana. ¿nos hacemos los locos o los ciegos?

Reto de altura

Si los jóvenes no ambicionan nada...

Publicado: 2013-09-09



Cambiar estilos de vida no es sencillo pero muchas veces en la historia de la humanidad poblaciones enteras lo han tenido que hacer. Factores climáticos, económicos, innovaciones tecnológicas, guerras, tiranías, muchos son los factores que propician estos cambios.

El friaje anual en la sierra peruana es una de esas ocasiones que nos reta como sociedad a plantearnos alternativas sobre la manera en que se desarrolla la vida en la sierra alto andina.

Allá arriba la vida es muy dura todos los meses del año, pero en especial en la temporada del friaje. Y es dura no solo por las condiciones climáticas.

Es dura porque la tecnología útil para la vida cotidiana no llega. Las viviendas son demasiado básicas y no han incorporado mínimos descubrimientos arquitectónicos para hacerlas térmicas, los espacios públicos cerrados están mal diseñados y la calefacción no existe por ninguna parte.

La vida en las alturas es dura, demasiado dura, porque las personas viven muy aisladas las unas de las otras y en todo sentido. Los vecinos han dejado de colaborar y la desconfianza entre los unos y los otros comienza a hacer de las suyas.

La vida es dura porque la economía está organizada de tal manera que perpetúa la pobreza.

La vida en las alturas es dura también porque de un tiempo a esta parte la política fue asaltada por la ideología y por la corrupción y dejó de ser un instrumento de construcción del bien común. Los liderazgos integradores escasean y no hay sueños respecto a un futuro común ahí en las alturas.

La vida es dura porque la mayoría de los jóvenes migra y los que quedan no están pensando en cómo mejorar lo que tienen y la manera en la que viven. Esos jóvenes están mirando a otro lado porque aunque no se vayan no descubren opciones en sus tierras. Si los jóvenes no ambicionan nada en sus tierras, nada es lo que obtendrán de ellas. Nada destruye tanto el futuro de un pueblo que haber destruido la ilusión de los jóvenes.

Las imágenes que vemos de lo que viven nuestros hermanos de la sierra alta debería llevarnos ya un paso más allá de la simple donación de frazadas, chompas viejas y quejas contra el gobierno de turno.

Su dolor, su tristeza, su miseria debería impulsarnos a tomar acción decidida y no solo a la compasión. La sociedad en las alturas no funciona, no nos engañemos. Tampoco el estado y tampoco el mercado.

Existe ya una parte de la sociedad peruana con la esperanza y la potencia recuperada. Debemos, nosotros que ya estamos sanos de la decepción y la desesperanza, ir a ayudar a que cada peruano pueda reconquistar también su porción de país.

La sierra peruana necesita de nosotros. Hay que hacer cambios en la manera como está todo estructurado en las alturas, las casas, la producción, las relaciones sociales y de mercado. Hay que pensar la sierra con amor y empatía con ellos, desde ellos pero también desde lo que hoy sabemos.


Escrito por

Juan Infante

Sociólogo. Experto en temas de desarrollo económico y solución de conflictos. Consultor de empresas. Formador de empresarios.


Publicado en

2032

500 años después del encuentro entre los ejércitos de Atahualpa y Pizarro. Motivo más que suficiente para que todos nuestros traumas estén superados. Terminemos de construir nuestro país. Nos quedan 23 años.