#ElPerúQueQueremos

Yo quiero

Publicado: 2010-06-01

Yo quiero más inversión en cultura. Quiero que la gente que está creando arte reciba fondos públicos de los municipios y del gobierno central. Quiero poesía, novelas, cuentos, teatro, danza, pintura, artes plásticas, performances, música, payasos. Artistas en muchos espacios públicos, teatros, ferias y coliseos.

La cultura le hace bien a las ciudades porque alimenta el espíritu de los ciudadanos. Forma a sus jóvenes, relaja a los adultos. La cultura quita la amargura. Y sin amargura es mucho más fácil construir un país.

Yo quiero políticas que estimulen a las pequeñas empresas a ser mejores. Las personas estamos constantemente comprando en los pequeños negocios. Ellos dan empleo a sus propietarios y a sus ayudantes. Pero no han aprendido aún a hacer las cosas bien. Un municipio distrital debería enseñarles a sus empresarios a manejar mejor sus negocios.Con ello, beneficiaría a toda su comunidad. Su comunidad sería más feliz porque sería mejor atendida en las farmacias, en las bodegas, panaderías, mercados, mototaxis, taxis, combis, nidos, etc. Los pequeños negocios deberían ser un soporte importante de la comunidad y un factor clave para que exista comunidad en un distrito.

Yo quiero gobiernos locales que sean amigos de los jóvenes. Hoy, salvo muy pocas excepciones, los municipios parecen enemigos de los jóvenes. No promocionan el deporte, encierran los parques, prohiben el juego, pisar el jardín, les quitan las bancas para que los noviecitos no se sienten a darse besos. Los condenan a espacios cerrados y costosos. Sin querer, los llevan de la mano a la bebida y a la droga. Y mucho de esto ocurre porque los alcaldes se vinculan con el grupete de amargados del distrito. Los prohibidores. Aquellos que necesita que les ayudemos a aprender a sonreir.

Yo quiero un municipio que se conecte con las necesidades del adulto mayor. Que los saque a bailar, a jugar, a pasear. Que les permita conocerse unos con otros, estar activos. Necesitamos más animadores sociales en cada municipalidad.

Yo quiero un municipio que se ocupe de renovar su oferta a la mujer de su ciudad. Años después no bastan ya los comedores populares ni los vasos de leche. Esas fueron políticas de emergencia que deben dar paso a la integración de la mujer a la economía moderna.

Muchas mujeres trabajan fuera de su hogar y otras podrían hacerlo. Pero no saben como. Y tienen tiempo porque sus hijos ya crecieron. No saben como porque se acostumbraron al concepto de ama de casa. Y a muchas ese concepto ya les causa frustración. Podemos sumar un contingente importante de mujeres a la economía local si es que las ayudamos a crear negocios en sus barrios. Negocios de verdad. Que tengan oportunidad si son bien manejados de producir rentabilidad. Para ello deben de haber tanto servicios de capacitación laboral y empresarial pero también urge un replanteamiento de los horarios de los nidos y colegios.

Se les debe facilitar a las madres sistemas públicos o privados de garantía donde dejar a sus hijos hasta que puedan recogerlos después del trabajo. Servicios manejados por especialistas. Y donde los chicos estudien, se recreen, jueguen, desarrollen habilidades artísticas, lean, en fin, sean mejores personas. Así las madres

Por supuesto, quiero municipios que ya hayan resuelto el tema de la basura, de la seguridad, el ornato y el tránsito. Esa agenda, terminada la primera década del siglo 21 ya debería estar resuelta y no lo está.

Lo primero se contrata, y si está contratado se exige. Y si no alcanza el dinero para atender el recojo de basura de todos, pues se lucha contra el gobierno central hasta que se logre que se asigne la partida necesaria.

En seguridad ya se gasta muchísimo, serenazgo más policía pero algo pasa que no logramos tener ciudades seguras. Es claro que se necesita un replanteamiento.

Sobre el ornato y el embellecimiento, ese debe ser un esfuerzo compartido con los ciudadanos y las empresas. Nuestra ciudad es aún demasiado fea. Fea en sus fachadas, fea en su escasa pintura, fea en sus parques y monumentos. Es momento de invertir en urbanistas ¿Dónde están los arquitectos que piensan en las ciudades? ¿Dónde los líderes que puedan convocarnos a gastar en embellecer nuestro espacio?

Y sobre el tránsito, que decir. Hay tanto que reordenar, que educar, que explicar. Y durante años se ha mejorado algo la insfraestructura vial pero a paso lento y en silencio. El último gran logro fue el que todos usemos cinturón de seguridad. Pero después de eso. Seguimos manejando endemoniadamente mal. Combis, taxistas, mototaxistas siguen sin poder ser ordenados. Las pistas se rompen sin ninguna planificación bloqueando todos los accesos a la vez. Y las obras se ejecutan lentamente, quizás porque los contratistas no tienen la suficiente maquinaria para ir más rápido.

Pues bien, capacitación y sistemas financieros que permitan una mayor inversión en maquinaria pesada porque nuestra ciudad aún tiene mucho que construir.

Eso quiero. Votaré por alcaldes que me garanticen que van a hacer cosas en este conjunto de propuestas.


Escrito por

Juan Infante

Sociólogo. Experto en temas de desarrollo económico y solución de conflictos. Consultor de empresas. Formador de empresarios.


Publicado en

2032

500 años después del encuentro entre los ejércitos de Atahualpa y Pizarro. Motivo más que suficiente para que todos nuestros traumas estén superados. Terminemos de construir nuestro país. Nos quedan 23 años.