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¿Dónde dejo a mi hijo? - Para erradicar la pobreza urbana hay que dar respuesta a esta pregunta

Publicado: 2011-02-28

La pobreza urbana es una condición pasajera y no un castigo perpetuo. Para dejar de serlo, el pobre de hoy, debe valerse por sí mismo. Es decir, requiere obtener los recursos financieros para comprar los productos y servicios que su vida demanda. Uno obtiene los recursos financieros vía el trabajo, la empresa o la subvención en dinero, bienes o servicios de parte del Estado.

En términos de un grupo familiar; para que toda una familia deje de ser pobre de manera permanente, los adultos que la conforman deberían poder adquirir con el dinero fruto de su trabajo la mayoría de los bienes y servicios que consumen y, acceder a aquellos que por ley constitucional deben ser subvencionados por el Estado. Los servicios estatales no deberían ser inferiores - en cuanto calidad - a los servicios a los que acceden las personas consideradas no pobres en el mercado.

En el mundo de hoy, los dos adultos que conforman una pareja deberían poder conseguir un empleo, brindar un servicio o montar un negocio. La premisa de partida es querer hacerlo. Sin embargo, muchas amas de casa que viven en pobreza no desean trabajar o no saben cómo ni en qué hacerlo o sus parejas no las dejan.

A estas alturas del siglo XXI, el tonto machismo de los hombres en este aspecto es muy fácil de superar. La fuerza de los argumentos es demoledora: “con un sueldo más dejarían de ser pobres”, cuando uno dice esto y lo demuestra, el machismo del hombre se transforma en una actitud proactiva hacia el trabajo de la mujer.

Más difícil es convencer a las amas de casa que dejen de serlo para participar en el mercado laboral o empresarial, pero nuevamente, ese es un trabajo que tiene que ver con argumentos y con educación. La mujer puede reinsertarse en el mercado laboral pero necesita apoyo en ese proceso.

El tema central es socialmente más grave, las familias no encuentran ningún beneficio mayor en el trabajo de los dos integrantes de la pareja: no saben dónde ni con quién dejar a sus hijos y los costos de contratar a alguien son los mismos que el salario que podrían obtener en el mercado laboral. No es rentable (económica ni emocionalmente) que los dos miembros de una pareja salgan a trabajar si es que no hay donde dejar a los hijos de manera segura durante toda la jornada laboral.

La única manera de estimular a una mayor participación de la mujer en el mercado laboral es creando, subvencionando y masificando servicios sociales de cuidado de niños y adolescentes.

Se necesitan guarderías, alimentación, salud y educación para los niños (hasta los 16 años) en el amplio horario que necesitan los padres para poder trabajar. Estoy seguro que los padres estarían dispuestos a pagar un precio, estimo, entre los 150 y 200 soles mensuales por ellos. Por tanto, la subvención estatal en el servicio sería parcial.

La economía de las mamás solteras es más complicada. Ellas, deberían acceder a subvenciones completas. En el Perú de hoy, esta podría ser la medida más importante para erradicar la pobreza urbana. Debemos cambiar la lógica de los programas sociales.

Publicado el sábado 26 de febrero en diario16


Escrito por

Juan Infante

Sociólogo. Experto en temas de desarrollo económico y solución de conflictos. Consultor de empresas. Formador de empresarios.


Publicado en

2032

500 años después del encuentro entre los ejércitos de Atahualpa y Pizarro. Motivo más que suficiente para que todos nuestros traumas estén superados. Terminemos de construir nuestro país. Nos quedan 23 años.