#ElPerúQueQueremos

Rarezas de un "país minero"

Publicado: 2011-12-03

Me parece que la gran mayoría de limeños nos beneficiamos más de un proyecto minero, gasífero o petrolero, que los pobladores de los departamentos donde se desarrolla las actividades extractivas.

Así mismo, los peruanos que vivimos en las ciudades gozamos de mayores beneficios del negocio minero que los peruanos que viven en el mundo rural andino y amazónico que es donde están la mayoría de yacimientos explotados y por explotar.

Que los campesinos andinos y los nativos de la selva vienen anunciando hace más de diez años que no están conformes con lo que les está tocando y con lo que está pasando en sus tierras. Sin embargo, sistemáticamente y a pesar del gran número de movilizaciones, muertos, heridos y proyectos mineros paralizados nadie los está escuchando. Los limeños nos estamos tapando las oídos y mirando para cualquier lado generando la exasperación de campesinos y nativos.

Que los movimientos terminan teniendo dimensiones aluvionales a pesar de tener, por lo general, líderes mediocres e inconsistentes.

Que a pesar que las poblaciones votan democráticamente por líderes nacionales que ofrecen caminos distintos, estos líderes terminan traicionando sus banderas apenas llegan al poder sin ofrecer ninguna explicación. Pasó con Toledo, pasó con García y vuelve a pasar con Humala.

Que la noticia que cualquier medio de comunicación extranjero recogería en estos días es sobre lo que está pasando en Cajamarca, sin embargo, casi todos los medios limeños han privilegiado mandar sus mejores equipos a Cusco a entrevistar a los personajes que cotidianamente entrevistan en Lima. El poder mira a su ombligo y el ombligo solo puede mirarse a sí mismo.

Que cuando se trata de hacer marketing para los ricos del Perú se pueden gastar enormes cantidades de dinero en estrategias masivas y de BTL pero cuando se trata de explicar proyectos billonarios a los pobres del Perú se gastan centavos.

Que en Lima nos hemos otorgado el derecho a poner rejas a calles, parques, playas y etcéteras solo para que no entre gente con la que no nos gusta toparnos, pero nos sorprendemos cuando un grupo de personas quiere poner freno a empresas que pretenden cambiar radicalmente su estilo de vida y todo su ecosistema a cambio de darles un empleo y empacharlos con dádivas cada vez que les aflora un descontento.

Que los limeños nos hemos acostumbrado a arrasar con la dignidad de las personas que no son como nosotros. Que nos hablamos a nosotros mismos, en lugar de dialogar con el país. Que liderarnos para nosotros solamente, en lugar de liderar una nación.

Que cuando hablamos de progreso del país estamos hablando de nuestra riqueza personal y el bienestar de nuestras familias pero, en realidad, no nos estamos interesando si los otros peruanos comparten nuestras apuestas y criterios de desarrollo.

Hace casi 20 años que se capturó a Abimael Guzmán y con ello se puso fin a una época terrible en el país. En ese momento, ni reflexionamos ni enmendamos rumbos. Y la cosa sigue igual, “Lima” se asusta cada tanto y dice “pucha, tenemos que cambiar”. Pero no cambiamos.


Escrito por

Juan Infante

Sociólogo. Experto en temas de desarrollo económico y solución de conflictos. Consultor de empresas. Formador de empresarios.


Publicado en

2032

500 años después del encuentro entre los ejércitos de Atahualpa y Pizarro. Motivo más que suficiente para que todos nuestros traumas estén superados. Terminemos de construir nuestro país. Nos quedan 23 años.