#ElPerúQueQueremos

Mejor pedir perdón que pedir permiso

Publicado: 2012-02-04

Uno de los dramas de la administración de lo público en el Perú está reflejado en esta frase salsera de Alex Kouri: “Para gobernar una ciudad es preferible pedir perdón que pedir permiso”. Pudo decir también para gobernar en el Perú. Porque todo indica que en nuestra patria para hacer gestión pública eficaz hay que saltarse las normas. De locos, pero así parece ser, y te lo dicen y sustentan los más “exitosos” funcionarios públicos, cada uno a su manera.

Luis Castañeda nos da a entender lo mismo cuando justifica el uso de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Revisando la prensa encuentro que, según la actual administración municipal, el ex-alcalde canalizó 1,211 millones de soles entre el 2003 y el 2010 para obras de infraestructura. El 48% del presupuesto destinado a obras pasó por una estructura paralela.

¿Esto es malo? ¿Qué hubiese pasado si no lo hacían así? ¿Se hubiera podido hacer las obras? ¿Habrían sido reelegidos las veces que lo fueron? ¿Exhibirían los logros que exhíben? Para la gente que ve y usa las obras aparentemente es bueno, y ahí está la altísima aprobación que los acompañó a cada uno durante sus respectivos mandatos.

¡Qué paradoja! ¡Qué anomalía más grande! Para ser un buen gestor de lo público tienes que zurrarte en las normas y estar dispuesto a pasar por el Poder Judicial y, eventualmente, ir a la prisión. Lo hizo también Fujimori con sus decretos de urgencia, su uso del PNUD, el equipo a plena disposición de la Casa Militar, los fondos paralelos del SIN, etc. Todo esto le permitía dar respuesta rápida a los problemas y eso le permitía una alta aprobación.

Creo que Toledo no usó muchos de estos mecanismos y quizás por ello nunca tuvo capacidad de respuesta rápida a los problemas que así lo ameritaban. García volvió a usar algunos de estos mecanismos pero no de manera tan “eficaz”. ¿Le conviene a la sociedad que sus autoridades le saquen la vuelta a las normas para hacer una buena gestión pública? La gente aprueba las obras y la capacidad de respuesta rápida, pero también está harta de tantos indicios de corrupción.

¿Resolver todo creando estructuras paralelas y no someterse al rigor de la reglamentación estatal llama, tarde o temprano, a la corrupción? Esa es la sospecha, y vivimos en esa sospecha varios quinquenios. ¿Por eso nació el famoso SNIP? ¿Para qué le sacarán la vuelta? ¿Y para que los que no se atrevan a hacerlo parezcan lerdos, flojos, inútiles?

Cuando uno viaja por las regiones del Perú las quejas son constantes: el hospital está en proyecto hace doce años, la carretera hace ocho, el reservorio hace cinco. Parece que el tiempo no alcanza para adecuarse a la ley y las obras no se hacen. Nuestro país tiene un déficit enorme de infraestructura y un estúpido sistema que no ayuda a desarrollarla ¿Ese es el “modelo” que defendemos?


Escrito por

Juan Infante

Sociólogo. Experto en temas de desarrollo económico y solución de conflictos. Consultor de empresas. Formador de empresarios.


Publicado en

2032

500 años después del encuentro entre los ejércitos de Atahualpa y Pizarro. Motivo más que suficiente para que todos nuestros traumas estén superados. Terminemos de construir nuestro país. Nos quedan 23 años.