Las elecciones son el momento cumbre de la democracia y éstas, en especial, deberían estar llenas de discusiones creativas. El Presidente que elijamos liderará el país hasta el 2021 y, en los próximos cinco años, tendríamos que prepararnos para recibir el bicentenario de nuestra independencia de manera especial. 

Por ello, no podemos enturbiar más este proceso electoral.

Todos fallaron  

Estas elecciones están plagadas de actos errados y transgresiones a la norma.

Falló el Congreso de la República, es decir, los congresistas y los partidos, al insistir en que se apruebe una reforma de la Ley de Partidos Políticos cuando apenas faltaban cuatro meses para la primera vuelta de estas elecciones.

Fallan las normas que fijan los plazos del Jurado Nacional de Elecciones para resolver con la oportunidad debida quiénes eran los candidatos que habían cometido faltas en sus procesos de inscripción. El ente electoral no pudo hacerlo e impidió que haya el plazo suficiente para que estas sean superadas.

Si la norma dice que no se puede hacer propaganda electoral, falló Keiko y su partido al tener por todo el Perú pintas promoviendo su candidatura desde antes de octubre del 2015.

Falló Alan García y el Apra cuando, menos de una semana después de presentado el Plan Bicenteraio, se descubrió que algunas de las propuestas, que tenía el respalto del candidato y todas las personalidades del partido, eran plagiadas de documentos de otras instituciones. ¿Rectificaron? Sí ¿Cometieron gruesísimos errores? También. Esto sumado a que hay indicios suficientes para investigar si la alianza del PPC con el Apra fue aprobada siguiendo todos los requisitos señalados en los reglamentos internos del PPC.

También hay indicios suficientes para pensar que la candidatura de Hernando Guerra García por Solidaridad Nacional no siguió todos los procedimientos de los reglamentos internos de ese partido, si tomamos en cuenta que apenas unas semanas antes Guerra García iba a postular a la presidencia por el partido Humanista.

¿Debe ser tachado Julio Guzmán?

El partido Todos por el Perú cometió errores administrativos que hoy podrían hacer que el Jurado Nacional de Elecciones no le permita competir en las elecciones. Sin embargo, nadie en su partido cuestionó ni cuestiona su candidatura.

¿Denota eso improvisación en el partido político? Sí. ¿Hay algún partido político que podría tirar la primera piedra respecto a su fragilidad institucional? No. ¿Puede el JNE impedir la candidatura de Julio Guzmán por esta razón? Sí. ¿Debe impedirla? Claramente no. 

EL JNE está totalmente fuera de plazo para intervenir de esa manera en el proceso electoral. Si bloquea a Julio Guzmán, el Jurado estaría bloqueando la voluntad de por lo menos el 15% de los votantes. Este candidato, además, podría, si participa, según dicen las encuestas, llegar a la segunda vuelta y ser el próximo presidente del país.

A un mes de las elecciones, el JNE no tiene oportunidad de hacerlo. Este ya es momento en que la gente decide. El JNE existe para hacer valer la voluntad del pueblo, no para impedirle expresar su voluntad.

¿Debe el JNE tachar a Keiko Fujimori?

¿Si se demuestra que Keiko regaló cosas a sus partidarios su candidatura podría ser anulada? Sí. ¿Debe por ley anularse? Parece que sí. ¿Sin embargo, debe el JNE anularla? No.

Esa ley es una aberración constitucional. Sería terrible para el país que una candidata con casi el 35% de intención de voto según las encuestas, sea impedida de participar en las elecciones por prácticas que, siendo una falta, exigen una rectificación inmediata, pero no la eliminación de su candidatura.

El mismo razonamiento funciona para la tacha de Acuña. No se le debe tachar.

¿Debe el JNE tachar a Alan García?

Sé que hay una tacha para García y en el mundo de la legalidad, podrían encontrar razones para dejarlo fuera de competencia. ¿Debe proceder su tacha? tampoco. Es momento que el pueblo decida. Faltan 32 días para que el peruano mayor de edad emita su voto.

La legitimidad del próximo presidente

Señores del JNE, la legitimidad del próximo presidente está en juego y son los votos de los peruanos mayores de 18 años los que la otorgan.

Si ustedes impiden, por causas menores, que un candidato se presente le quitan validez a la competencia. Y, querámoslo o no, a mayor intención de voto, mayor pérdida de validez y, por tanto, menor legitimidad futura del próximo presidente.

En orden de intención de voto, si ustedes tachan a Keiko Fujimori, boquearían la voluntad de voto al 35% de ciudadanos. Si tachan a Julio Guzmán, lo harían con el 17% de los votos. Y en el extremo de que tomen estas dos decisiones, ustedes estarían bloqueando la intención de voto del 52% del electorado.

¿Es esa su misión? ¿Para esto es que ustedes existen? No. Existen justamente para lo contrario.

Es hora, señores del JNE, que ustedes desaparezcan de escena. Nosotros nos encargamos de elegir, ustedes ya nos han dado pistas acerca del comportamiento de cada uno de los candidatos.

Los ciudadanos somos los responsables de elegir al próximo presidente, las campañas políticas están hechas para permitirnos tomar mejores decisiones. Si ustedes no desaparecen de la campaña están impidiéndole al ciudadano tomar sus decisiones.

Dependerá de nosotros y no de ustedes si elegimos al que regala plata, al que copia, al que reduce las penas a los narcos, al que no sigue los procesos establecidos. Suena terrible plantear una elección así. Y esa está siendo su responsabilidad: en lugar de enaltecer la elección, la están convirtiendo en un miasma.

Si ustedes eliminan a cualquiera de la competencia (Keiko Fujimori, Julio Guzmán, Alan García o Cesar Acuña) es de esperar que esos candidatos y sus simpatizantes vayan a todas las instancias posibles y continúe la incertidumbre.¿Desean ustedes a la gente en las calles protestando por sus decisiones o deben dar el espacio para que la gente exprese su decisión en las ánforas?

Es momento de actuar basados en el bien superior.