El problema, señor, no es la informalidad
El problema en los mercados no es la
informalidad, es la concentración de personas.
Clientes, trabajadores, empresarios.
No es la informalidad, sino la falta de condiciones para
cumplir con los cuidados esenciales.
La enorme mayoría de los puestos de un mercado
no tiene caños, entonces,
los comerciantes no se pueden lavar las manos.
Si no se pueden lavar las manos cada vez que atienden,
incumplen con la primera medida de bioseguridad sugerida por
el sistema de salud.
Este es el proceso del intercambio comercial:
Un cliente pide el producto, el comerciante o su ayudante
toma los productos con sus manos, los pone en una bolsa,
y la bolsa en la balanza, y, por último,
recibe el dinero en efectivo y da el vuelto.
Debes lavarte las manos después
de todo este proceso pero, no puedes.
El baño queda a 100 o más metros de tu puesto
y te cobran por usarlo, 50 céntimos.
¿Te imaginas ir al baño a lavarte las manos
después de cada despacho?
¿Tú y todos tus compañeros del mercado?
Por tanto, son un lugar de contagio.
¿Por ser informales?
No.
El problema no es la informalidad de los mercados
es el tamaño de los puestos:
no se puede mantener el metro de distancia
entre dos personas dentro de un puesto de mercado.
Por tanto, son un lugar de contagio.
El problema no es la informalidad de los mercados o de los comerciantes.
El problema es que en la mayoría de los mercados
los pasadizos son estrechos.
Entonces, hacer cola ahí dentro, es difícil.
Si la recomendación es no se agrupen,
los mercados, en su gran mayoría, no pueden cumplirla.
Además, habilitándose una sola puerta,
se generan desesperantes colas de ingreso.
Se agolpa la gente, los clientes.
Y no puede ser que casi 70 días después,
sigamos en ese plan. Como si los ciudadanos
no fuéramos importantes. Eso es desprecio.
Y es desprecio también para los
otros comerciantes que no venden alimentos
y que obligatoriamente
mantienen sus tiendas cerradas.
Hay alternativas.
Claro.
No son complicadas de implementar.
Están implícitas en estos párrafos.
Pero, para que queden más claras en unos minutos comparto
las alternativas que planteo.
Y, un favor, cuando alguien diga informalidad,
pregúntenle a qué se refiere.
Porque para mí, es un cajón de sastre
donde políticos, funcionarios, técnicos,
periodistas, intelectuales,
meten todo lo que no quieren entender
o la usan para no decir ilegalidad.
La informalidad, termina siendo el terreno
que no quieren pisar.
Que no conocen y sobre el cual quieren dar soluciones.
La informalidad son los peruanos que
no les gustan
que no invitan a conversar en sus despachos
Son los peruanos que no quieren atender
porque... mejor pregúntenles.
La próxima, lo digo cantando.